jueves, 23 de septiembre de 2010

UNA TESIS DE GRADO DEVENIDA EN SENTENCIA SUBVERSIVA

Lunes 13 de Septiembre de 2010 | 4
TalCual
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UNA TESIS DE GRADO DEVENIDA EN SENTENCIA SUBVERSIVA

Hace 59 años, un no tan joven quiboreño presentó ante su Jurado Evaluador, la tesis de la primacía de la Constitución sobre el Código Civil y el status quo . Me refiero al Reconocimiento del hijo adulterino a Pater, de José Rafael Mendoza. Eran los tiempos del régimen totalitario que derrocó a la incipiente democracia presidida por Don Rómulo Gallegos. La Constitución del año 1947, aprobada por la Constituyente presidida por Andrés Eloy Blanco, incluía entre sus novedades progresistas el "derecho de todo niño de conocer a sus padres", mientras que el muy francés Código Civil les negaba el derecho a los hijos adulterinos o a los nacidos de una madre de "mala conducta". El fundamento sociológico fue reconocer la realidad venezolana de la existencia de estos hijos. El moral, el principio de igualdad entre los habitantes, más si se trataba de niños. El jurídico, la vigencia de la Constitución de 1947, desconocida por el imperante régimen pero vigente de acuerdo a su estructura inviolable por medios contrarios a los previstos en su texto (como lo fue el golpe del 24 de noviembre de 1948), la cual establecía su supremacía frente a cualquier ley o reglamento que negase o menoscabase la plena vigencia de los derechos en ella consagrados, aun aquellos carentes de reglamentación.

Diez años después, ejerciendo el cargo de Juez, dictó la primera sentencia reivindicando su tesis de grado, declarando con lugar el reconocimiento de un hijo adulterino por su padre. Los argumentos fueron los mismos: la igualdad de los niños ante la ley, el deber del Juez de garantizarlos, la justicia social y la supremacía de la Constitución, esta vez la de 1961, sobre el Código Civil y la jurisprudencia de nuestra Corte Suprema y de las de toda Europa.

Dos grandes razones inspiraron al Dr. Mendoza a elegir este tema como tesis de grado y hacerla su sentencia insignia: que la Constitución es la jerarquía del orden jurídico y la protección debida a muchos niños y adolescentes que necesitaban el amparo del Estado y la sociedad. Esa sentencia y las que posteriormente dictó, fueron revocadas por el Juez Superior y cuando correspondió su revisión a la Alta Corte de Casación, su criterio fue desestimado con los más exquisitos argumentos de la doctrina y jurisprudencia francesas e italianas. Sólo el Magistrado J.R. Duque Sánchez salvó su voto estableciendo en memorable frase que: (la jurisprudencia de la Corte) "Nunca tan injusta como reiterada", y el Dr. Rafael Caldera: "El derecho está en el voto salvado del Dr. Duque". Las presiones fueron muy fuertes, pero nunca se cuestionó su independencia como Juez. Existía coraje como para no dejarse intimidar por la superioridad, la Corte y la conservadora sociedad que negaba una realidad. Perseveró hasta que la igualdad de los hijos ante la ley fuera consagrada en la reforma del Código Civil de 1982, luego de esfuerzos como los realizados por la Comisión para la igualdad de los derechos de los niños y la mujer y de dos ensayos publicados: Del hacer al pensar por la igualdad ante la ley y La aplica- ción directa de la Constitución: un recurso de Amparo a favor del tenor Alfredo Sadel.

¿Por qué recordarlo ahora? En tiempos aciagos de nuestro Derecho y sus instituciones vale la pena fortalecernos de ejemplos no distantes y sin modestia afirmar que no todo en nuestra historia es condenable. Hoy nos toca enfrentar, una vez más, a un régimen autoritario, personalista y autocrático, que cuando no tiene a mano a los fiscales y jueces penales ­todos ellos subordinados-, tiene al Contralor para inhabilitar, al Seniat para multar y cerrar y, por si faltara algo, a la Lopna, la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía y los "jueces de protección de niños, niñas y adolescentes para censurar, multar y quebrar a quienes expresen pública y democráticamente su disidencia y oposición a la podredumbre del régimen. Cuánta falta nos hacen jueces independientes y autónomos, Republicanos, comprometidos con la Constitución. La lapidaria frase de Eduardo J. Couture: "Cuando los jueces tienen miedo, los ciudadanos no pueden dormir tranquilos" es hoy, frente a los atropellos a la prensa libre e independiente, particularmente a El Nacional y Tal Cual, más que una premonición, una advertencia y un llamado a la lucha.

Hace 59 años José Rafael Mendoza nos enseñó un camino... ¡continuémoslo sin miedo!
Humberto Mendoza D’Paola

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