Resolución 017621 del Ministerio de la Defensa: ¿OTRO CABALLO DE TROYA?

¿OTRO CABALLO DE TROYA?

Respecto a la ya polémica Resolución 017621 del Ministerio de la Defensa nos permitimos emitir algunas opiniones. 

Nuestra respetable Fuerza Armada, heredera nada más y nada menos que de la valentía, arrojo y patriotismo de los héroes de nuestra independencia tiene un lugar protagónico en nuestro país que todos reconocemos. Anhelamos su total despolitización partidista, eso sí. Debemos recordar sin embargo el elevadísimo papel protagónico de infinidad de civiles en nuestra gesta emancipadora.

Basada en la conformidad legal referida en el párrafo introductorio de dicha resolución se dicta: “EL PLAN INTEGRAL DE EDUCACIÓN MILITAR DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL BOLIVARIANA”, de la que, por cierto, nuestro difunto y orgulloso padre formó parte toda su vida.

Respaldamos y respetamos algunas de las bases teóricas y fundamentos usadas para sustentar dicha modalidad, las que me eximo ahora de abordar por lo grave de las otras.

Según ese titulo, los civiles deberíamos estar fuera de las regulaciones que ella establece.  Esta presunción se reafirma aun mas en el primer punto  “I Objeto:” en donde se aclara que va dirigido a la Modalidad Educativa Militar. Según la Ley Orgánica de Educación en su artículo 26 “Las modalidades del Sistema Educativo son variantes educativas para la atención de las personas que por sus características y condiciones específicas de su desarrollo integral, cultural, étnico, lingüístico y otras, requieren adaptaciones curriculares de forma permanente o temporal con el fin de responder a las exigencias de los diferentes niveles educativos.  Son modalidades: La educación especial, la educación de jóvenes, adultos y adultas, la educación en fronteras, la educación rural, la educación para las artes, la educación militar, la educación intercultural, la educación intercultural bilingüe, y otras que sean determinada por reglamento o por ley. La duración, requisitos, certificados y títulos de las modalidades del Sistema Educativo estarán definidos en la ley especial de educación básica y de educación universitaria.” Resulta obvio que el propósito de las modalidades es el de atender sectores que necesitan especificidad, debería ser absurdo extender una modalidad a todo el sistema educativo.

Entonces ¿Porqué se inserta subrepticiamente en el cuarto punto referido a los “Lineamientos de Acción de la Modalidad Educativa Militar” un segundo punto referido a “La Educación para la Defensa como eje Integrador del Sistema Educativo Nacional”? Eso nos hizo recordar el tristemente célebre “Decreto 1011”.

En cuanto a los Basamentos Teóricos descritos en el punto III, nos cuelan junto a los legales descritos en los apartes A, B y C, un Plan Nacional de Desarrollo con orientación explícitamente “socialista”, ausente de la Carta Magna que los venezolanos nos dimos y su modificación en ese sentido negada en diciembre de 2007. 

Inconstitucionalidad de la milicias

Por otro lado se inserta subrepticiamente las milicias como parte de la verdaderamente constitucional Fuerza Armada Nacional. Para nadie es un secreto que los miembros de aquellas son activistas del actual y por ahora partido de gobierno. Se le otorga la elevadísima responsabilidad, por encima de los verdadero componentes armados (Ejercito, Armada, Aviación y Guardia Nacional), de la implementación de la Educación para la Defensa Integral.

Unido a la inconstitucionalidad de la existencia de ese componente “militar”, reflexionamos: en el supuesto (que deberíamos negar) de que la familia venezolana acepte este nuevo Caballo de Troya y se cumplan los actuales pronósticos en las tendencias de los electorales perdiendo las elecciones presidenciales el actual partido de gobierno, ¿seguirían esos milicianos (próximos opositores) conduciendo el proceso educativo militar de niños y jóvenes de la educación básica y universitaria?

Así como en su oportunidad (y aun) respaldamos la Supervisión Escolar, sin ingerencias politicopartidistas (Decreto 1.011), respaldamos la enseñanza militar sin elementos milicianos ni partidistas, con la concertación de la escuela y la familia, tal como la enseñanza religiosa.